La carrera de Arquitectura y Urbanismo se encarga de explorar el diseño, el funcionamiento y el futuro de las situaciones urbanas en trabajos escritos, dibujados y modelados que se basan en el legado de la teoría urbana del siglo XX y están dirigidos hacia el desarrollo de ciudades sostenibles. Un especialista en Arquitectura y Urbanismo involucra en los procesos de producción de los espacios urbanos los que dan forma a nuestras ciudades, desde el diseño de edificios y espacios hasta la consideración de problemas urbanos.
¿Qué aprenderás en la carrera de Arquitectura y Urbanismo?
Los que se especializan en la carrera tienen un perfil como planificadores e innovadores cuyo enfoque tiene como objetivo alentar a las personas a participar activamente en el diseño de su entorno. Conocerán de temas en arquitectura, diseño urbano, teoría social y política. También seleccionará entre módulos de historia y sociología, planificación urbana y vivienda y desarrollo informal, y empresa social, economía y negocios. Su comprensión de cómo se pueden desarrollar la arquitectura y las ciudades se verá respaldada por proyectos de diseño, ejemplos históricos e ideas teóricas.
¿Cómo ha evolucionado el concepto de espacio público?
El concepto de espacio público ha cambiado. Muchas ciudades fueron construidas sobre la base de edificios solamente. Hoy en día, la naturaleza de los alrededores de los edificios es lo que más oportunidades nos brinda para crear espacios públicos de calidad. Hoy, cuando construyes un edificio, no basta con pensarlo como una escultura o como algo aislado. Tiene que ser considerado como un “todo” con su entorno, teniendo en cuenta aspectos como la movilidad de las personas, el transporte y la seguridad.
Con una mayor densidad de población, los habitantes urbanos tienen una mayor necesidad de espacios verdes abiertos o áreas recreativas. Hoy, no debemos pensar en un edificio como un elemento singular y aislado, sino como parte de un complejo de calles, infraestructura, espacios públicos y otros edificios que pueden trabajar juntos, crear una ciudad e impulsar el cambio. La arquitectura siempre debe estar diseñada no solo para servir a las élites sino también para ayudar a generar calidad de vida, igualdad social y sostenibilidad ambiental. Cuando lleguemos a entender que las ciudades son más que la suma de sus partes, habremos dado un gran paso adelante.
¿Qué fuerzas están cambiando la forma en que se construyen las ciudades?
Tienes que mirar a cada país y ciudad individualmente para entender qué presiones y tendencias enfrentan. En los países en desarrollo de América Latina, podría ser tan simple como el crecimiento de la población como resultado de una alta tasa de natalidad. En otros lugares, se puede ver la presión que genera la emigración de personas en situaciones críticas provocadas por desastres naturales o humanos, como guerras, personas que han tenido que huir de sus países en busca de seguridad. También pueden ser ciudadanos en condiciones económicas muy precarias que albergan la esperanza de irse a otro país —o a otra ciudad de su propio país— en busca de mejores oportunidades. Otro ejemplo es China, donde la política gubernamental fomenta la urbanización como motor del crecimiento económico, contribuyendo a la creación de grandes ciudades nuevas.
¿Qué ciudades son un ejemplo a seguir?
En el frente de la sustentabilidad, algunas ciudades están produciendo energía y otras, como Hamburgo, Alemania, están reciclando más desechos de los que generan. Para tomar un ejemplo diferente, Nueva York rehabilitó una sección de su infraestructura ferroviaria que había caído en desuso, como un fantasma en Manhattan, para crear un parque y un paseo público. Esta iniciativa ha revitalizado la economía del barrio y ha brindado un área recreativa para residentes de todos los estratos sociales, así como para turistas. Otro buen ejemplo es Medellín, Colombia, que utilizó nuevos modelos de participación ciudadana para abordar una situación muy complicada de delincuencia urbana y asentamientos poblacionales informales. La ciudad también utilizó la construcción de enlaces de transporte y movilidad, incluidos los tranvías aéreos y los trolebuses, como motor del nuevo desarrollo. Además, se abrieron bibliotecas, no en el sentido clásico, sino centros culturales comunitarios, para promover la renovación de ciertos barrios. Los edificios de la biblioteca son de buena calidad arquitectónicamente hablando y simbolizan la preocupación, la dedicación y el futuro de las áreas. Creo que puedes mirar diferentes ciudades y ver buenas prácticas en diferentes áreas. En el caso de Bilbao, creo que es una simplificación decir que la transformación de la ciudad se debe al Guggenheim. Es más complejo que eso. En el mundo posindustrial de hoy, Bilbao es un ejemplo de recuperación de tierras, así como de esfuerzos para limpiar la ría y acercar el puerto al mar. Creo que estos factores tuvieron un impacto mayor en la ciudad que la construcción del museo. Holanda es un gran ejemplo de gestión del agua, por su relación histórica con el mar y su necesidad de recuperar tierras. Londres no tiene nada especial en muchas áreas, pero ha logrado limitar drásticamente la cantidad de espacios de estacionamiento en los nuevos edificios. Solo las personas con discapacidad pueden tener un espacio de estacionamiento. Con esta política, la ciudad ha podido limitar la cantidad de automóviles privados. Es una postura enfática, pero ejemplar.
¿Podemos ser optimistas sobre la transformación urbanística de las ciudades?
Si estudiamos y replicamos algunos de los modelos y prácticas que se ha demostrado que funcionan, creo que podemos ser optimistas sobre el futuro. Pero si pensamos que la tecnología lo resolverá todo, que las ciudades deben quedar en manos del gobierno o de los inversores privados, o que las ciudades son solo para quienes pueden permitirse vivir en ellas, no llegaremos muy lejos. Estamos todos en el mismo barco, y si queremos un resultado positivo debemos coordinar nuestras acciones en varias áreas.
